Mayo de 1986. Sevilla está invadida de aficionados del Barcelona con motivo de la Final de la Copa de Europa que tiene lugar en el Sánchez Pizjuán. Los catalanes celebran con antelación la victoria, ya que enfrente tienen a un equipo humilde de Rumanía casi inédito a nivel internacional en el que jóvenes jugadores del Este buscan dar la sorpresa. El tiempo reglamentario termina con 0 a 0. En la prórroga no hay goles y todo se decidirá desde los once metros. Nadie conoce a Helmuth Duckadam. El portero para por primera vez en la historia los cuatro lanzamientos del Barcelona y el Steaua gana la Copa de Europa.
Octubre de 2011. En la ciudad deportiva del Steaua de Bucarest en Mogosoaia, a unos diez kilómetros de la capital rumana, nos espera Helmuth Duckadam; actual presidente del equipo y otrora héroe de la primera y única Copa de Europa del conjunto más popular del país de los Cárpatos. Tras caer lesionado inmediatamente después del partido, el ostracismo se instaló en el guardameta que lejos de los flashes y los aplausos se recluyó en Arad con su familia poniendo tierra de por medio con la ciudad y el equipo que le dió la gloria.
Sr. Duckadam, es un placer compartir con usted estos minutos. Han pasado 25 años desde el momento en el que su mano se hizo la más famosa de Europa. ¿Cómo recuerda ese momento?
El placer es mío. Siempre es un placer hablar con españoles, me hacen sentir como un héroe o villano (Risas). Recuerdo con mucho cariño la ciudad de Sevilla y regreso allí cada vez que me es posible y tengo oportunidad. Siento una gran emoción cuando la visito y cuando recuerdo ese gran partido en el que fui protagonista.
25 años es casi una vida. Hay que ver todo lo que ha cambiado la vida y el mundo desde esa fecha. Ya no hay Telón de Acero, los Ceaucescu fueron fusilados, en el fútbol todos tienen tatuajes y son más modelos que jugadores de fútbol...
La vida misma ha cambiado y como no el fútbol. Antes no teníamos tanto dinero ni reconocimiento. En honestidad y principios se ha perdido mucho, también en el fútbol aunque hay que destacar que en velocidad se ha ganado. Ahora se juega mejor y más rápido aunque en estética tenga mis dudas (Risas). Las cosas ya no se parecen en nada a antes...
Y tanto que han cambiado... ¿Quién le iba a decir que 25 años después sería presidente de un equipo de fútbol?
(Risas) Realmente mi labor como presidente no es la habitual. El dueño del club a nivel económico es Gigi Becali. Yo sólo soy la imagen del Steaua y represento al club pero sin labores ni ecónomicas ni ejecutivas, tan sólo protocolarias. Soy el enlace entre la prensa y el club y entre los jugadores y los que mandan realmente. Imagen y protocolo, nada más...
En España se ha emitido recientemente la tanda de penalties de Sevilla con la narración del compañero de la TV Nacional de Rumanía (ver link más abajo) en la que el "Bravo Duckadam" es constante y emotivo por parte del comentarista de su país. ¿Lo tiene grabado? Si es así, cada cuanto tiempo ve el vídeo?
Recientemente me han enviado un vídeo con el comentario en español y cambia mucho (risas). La verdad es que la he visto mil veces ese momento en el que por primera vez, un club humilde del Este ganaba la Copa de Europa. Es un gran honor y un orgullo.
Final Copa de Europa´86 FC Barcelona vs Steaua Bucuresti
En Sevilla nadie daba nada por el Steaua y de hecho, en la ciudad andaluza se vivió una fiesta previa de celebración de la que podría ser la 1ª Copa de Europa del Barça que al final no llegó por su gran actuación. Le aguaron bien la fiesta, eh?
Nadie esperaba nuestra victoria. (Risas) Al día siguiente, los sevillanos estaban muy contentos y nos felicitaban porque no querían que ganara el Barça. Los que fueron al estadio se fueron llorando con una gran decepción. Fue un golpe duro para ellos...
Tiene un récord histórico tras parar 4 penalties seguidos (todos los que se lanzaron) en una final de Copa de Europa. ¿Estudió a los jugadores en los días previos o fue algo espontáneo?
No estudié a ningún lanzador pese a que el Barcelona ganó en la semifinales al Goteborg desde el punto de penalty. Ni estudié a los jugadores ni el estilo de lanzar de los mismos. Me guié por sensaciones y todo fue muy espontáneo...
Y nunca en la historia se ha vuelto a repetir esto. Menuda hazaña...
Por esto estás aquí (Risas). Por lo que hice aquella noche hace 25 años. Fue la intuición y un buen estado de forma con dosis de fortuna las que me llevaron a esa gran hazaña.
La vida le jugó una mala pasada dos meses después del partido, ya que desapareció de la primera línea deportiva por una grave lesión. Se llegó a hablar de una paliza de miembros de la Seguritate por sus discrepancias con el hermano de Nicolae Ceaucescu o de una lesión en el brazo fortuita mientras jugaba en su casa de Arad con su hijo. ¿Qué ocurrió realmente?
Se habló y escribieron muchas mentiras sobre ello. (Se pone muy serio) Antes del partido tenía un aneurisma en el brazo derecho pero al no sufrir dolores no me había puesto en contacto con los doctores. Afortunadamente, dos meses después del partido empecé a notar unos fuertes dolores que me dejaron fuera del equipo. Los médicos descubrieron el aneurisma y pude curarme tras tres operaciones en Bucarest. Tuve que dejar la élite del fútbol pero salvé mi brazo derecho.
Antes nos referíamos a los cambios actuales en el mundo del fútbol. El aspecto económico ha cambiado y de que manera. Por hacer una comparativa, ¿cuánto recibieron del Steaua por ganar la Copa de Europa? Hay que destacar que el club pertenecía a la Armada en aquella época y por ende, al Estado.
Ceaucescu nos dió 110 dólares a cada uno y nos regaló un coche militar de la Armada de segunda mano que ya no utilizaba el Ejército. Un Jeep bastante gastado al que realmente no dimos mucho uso. (Risas)
Ecónomicamente, las cosas mejoraron en el país tras la caída del régimen comunista pero a usted no le fue bien tras su retirada del fútbol. ¿Es cierto que se vió obligado a vender sus mejores recuerdos de la final; los guantes y la medalla conmemorativa?
Quería cambiar de casa en Arad y me ví obligado a subastar en internet los guantes y la medalla por 3.000 dólares. Me arrepiento mucho. Me gustaría recuperarlos porque es el mejor recuerdo de aquella noche. Creo que va a ser imposible pero pagaría cualquier cosa por volver a tenerlos.
¿Qué conserva de aquella noche?
No me gustan las cosas materiales y la verdad es que no guardo nada a día de hoy de aquella final. Sólo los vídeos y el bigote (Risas). Daría bastante dinero para volver a recuperar los guantes, es lo único que me ilusiona conservar.
¿Cree que Messi tendría miedo de lanzarle un penalty en una final de Copa de Europa?
(Risas) Ahora no creo porque estoy con más peso pero si me preparo, igual tengo suerte (más risas). El Barça juega muy bien al fútbol pero no es bueno que no tenga rival. Eso es malo para el fútbol. Su manera de jugar hace que a día de hoy sea imposible repetir una hazaña como la nuestra.
Rumanía es un bello país pero también es un lugar en el que ocurren cosas extrañas como que un club como el Steaua -con mayor número de títulos y de apoyo popular en el país- se encuentre exiliado por la expulsión reciente a cargo de la Armada y no pueda disputar sus partidos en el Estadio Ghencea. ¿Qué ha ocurrido?
Han pasado 25 años desde nuestro triunfo y 22 desde que el régimen comunista de Ceaucescu cayó por desgraciadamente puedo afirmar a día de hoy que el comunismo sigue instalado de alguna forma aún en nuestro país. El Estadio Ghencea se construyó con el dinero recaudado por los militares por todo el país para el Steaua que era el equipo del ejército pero en la actualidad ya no lo somos y por culpa de los orgullos personales de algunos nos hemos quedado sin estadio propio pero para la temporada que viene esperamos volver a Ghencea.
Ahora estamos jugando en Buzau, una ciudad a más de 100 kilómetros de Bucarest. Los aficionados están muy enfadados porque no tienen dinero para viajar y seguir al equipo como local en Buzau. No nos pueden acompañar y cada quince días jugamos en terreno neutral.
A nivel nacional hay un declive con la selección nacional rumana. ¿Cuales son los motivos de la ausencia de la selección tricolor de las fases finales de los campeonatos del Mundo y Europa?
Hay que tener mucha paciencia con el equipo nacional porque hay muchos cambios y nua nueva generación y en breve llegarán nuevos talentos pero es necesaria la paciencia para volver a ser lo que fuimos.
Y en la porteria, ¿hay sucesión de jóvenes que puedan sustituir en la meta a ilustres como usted, Prunea o Bogdan Stelea?
Hay algunos jóvenes con mucho talento como Costel Pantilimon que juega en el Manchester City; del Steaua de Bucarest tenemos a Tatarusanu que va progresando mucho y probablemente será traspasado al Nápoles este verano; del Dinamo, Balgradean dará que hablar. Hay muy buena cantera y en breve se volverá a hablar muy bien de los porteros rumanos.
Y el torneo doméstico, la Liga1 de Rumanía. ¿Quién es el favorito? Steaua está lejos y en la Europa League tras la derrota en Israel se están complicando las cosas, no?
La Liga va a ser muy difícil. Todo dependerá de la distancia que tengamos que salvar al final de la primera vuelta. Estamos perdiendo muchos puntos tontamente. En Europa creo que pasaremos a la segunda fase pero más allá será muy difícil avanzar. |